[Solo para quienes leyeron la memoria anterior: “Quince minutos de
fama”]
Gracias a la colaboración de
muchos lectores al difundir la memoria pasada, fue que por fin conocí a “la
chica BCP”. Quedamos en salir el fin de semana y encontrarnos a las 10 de la
noche en “Huaringas Bar”. Lo que era yo, estuve plantado desde las nueve ahí,
posiblemente para tantear el terreno de batalla o para familiarizarme aun más
con ese lugar que tantas veces me ha visto salir agarrándome de las paredes.
Quizás a más de uno le ha sucedió
exactamente lo mismo que a mí, estas a punto de encontrarte con una linda chica
en un bar y de repente, eres preso de una súbita mezcla entre pánico y pudor.
Lo que normalmente se hace es respirar hondo y relajarte para que tus miedos no
te traicionen a la hora de iniciar el cortejo no oficial, pero no todos tenemos
esa soltura que gozan algunos individuos como Neill Strauss (un seductor profesionalmente hablando). Muchos como
yo – soy honesto al decirlo - nos volvemos torpes, nos sudan las manos, nos da
una suerte de Parkinson y balbuceamos al momento de hablar, a veces – en plan
de computarnos cómicos profesionales – soltamos un chiste que termina dando más
lástima que gracia.
Sin una dosis fuerte de desahuevina, podríamos poner en riesgo
toda la operación de conquista que intentamos interpretar. Y es que, no todos poseemos el don de
galantería y la seducción, nadie es Don Juan de Marco a los 12 años, nadie nace
siendo un conquistador, así que, este negocio - como cualquier otro - se
aprende en la cancha. No hay más.
Sin embargo, por más perceptivo
que uno sea, observando no se consigue nada. El momento cumbre, donde se define
la posibilidad de un chance o no, es a la hora de conversar. El lenguaje, el
floro, el chamuyo o el palabreo, viene a ser como un rifle de largo alcance. Es
decir, si no tienes la pinta de Brad Pitt,
ni te mueves como Meet Jagger,
entonces la única salida que te queda es la conversación. Es ahí, donde se
reconoce a los maestros de maestros, al verdadero tigre del floro, al Alex Hitch en versión peruana. Ya que
sin dudarlo, si sueltas en cada cierto momento una que otra frase inteligente,
elocuente y divertida, no dudes que tendrás al auditorio justo donde querías.
Atentos.
Pero, para no desviarnos de la
idea principal, al encontrarme en ese predicamento de pánico y sudoración, no
existe mejor (o peor) manera que llamar a tus consejeros personales. No me
refiero que exista un asesor telefónico al cual llamas para que te brinde
ciertos consejos seductores para facilitar el abordaje (bueno fuera), más bien,
de lo que estoy hablando, es que interpelas a los personajes que habitan en
todo ser humano. El ángel y el demonio que conviven en lo profundo de tu ser.
Lo que intento explicar, es que
todo individuo, tiene sub personalidades o “yoes”. Solemos creer que somos
seres congruentes e integrados con una identidad única. Sin embargo, al igual
que el cuerpo físico está conformado por órganos y sistemas, la psique está conformada por la
multiplicidad. Para explicarlo en buen cristiano, en nuestro interior habita
una comunidad multifacética. Nuestros distintos yoes son relativamente
independientes y autónomos, cada uno tiene sus propias necesidades, impulsos,
deseos y opiniones.
Así que, siguiendo con la ilación
de la historia, recuerdo que esa noche, sentado en la barra del Huaringas,
esperaba que llegara la susodicha (digámosle “J”), mientras le daba cuentas al último
sorbo de caipiriña que había iniciado a tomar minutos antes.
Ya eran las diez con cinco
minutos de la noche, estaba más nervioso e impaciente que de costumbre. Mi
mente estaba enfocada en el vaso de Caipiriña que estaba por acabarse y de pronto mi imaginación comenzó a volar y
al lado derecho de mi hombro apareció la forma en miniatura de mi persona,
vestido con un traje rojo, un trinche en su mano derecha, una cola que
terminaba en punta de flecha y un par de cachos que combinaban muy bien con esa
mirada lúgubre y maliciosa. Por el otro lado, en el hombro izquierdo, una
figura iluminada tomo mi forma, con un traje blanco parecido al de los que se
usan en fiestas de Luau, un par de alas angelicales y una aureola o nimbo que flotaba por encima de su
cabeza dándole un aspecto celestial y santurrón.
-De pronto el diablito que me
habita inicio el debate: “¡¡¡Puta, huevón!!! Creo que ya te plantó, yo que tú,
mejor me quito de ahí sin hacer paltas y aprovechando que la noche aun es joven,
busca una segunda opción en tu agenda telefónica, sino vas a quedar como tarado
chupando solo”.
- En ese momento el serafín
celestial que muy en el fondo soy, hablo calmándome: “Paciencia Alan, recuerda
que las mujeres siempre demoran un poco, quizá hay mucho tráfico y fácil por
eso está demorando. Va a llegar, solo ten fe brother”.
- De pronto contra atacó el ser
negativo que también soy: “Mira cuñao, las mujeres cuando se demoran tanto es
porque todavía están planeando con alguien más, fácil tú eres su segunda o
tercera opción y fácil aun está planeando con su primera opción a ver si le
atraca y FÁCIL ya le atracó, así que te va a mandar un mensaje disculpándose
que no va a llegar porque le salió un imprevisto. FLORO”.
- Mi ángel guardián atento a la
jugada, defendió su posición: “No hagas caso de lo que dice él, esta chica solo
es un poco impuntual, además si no quisiera verte, no hubiera insistido tanto
para encontrarse y tomar algo. ¿Ves? Mira, ya llegó” señalándome en ese momento
la llegada de la espectacular “J”.
Al verla entrar al local, palidecí,
el ruidoso y magnífico espectáculo de su belleza me ponía en serios aprietos.
Esa noche, “J” estaba más espectacular y
animada que nunca. Con una voz suave y sensual, me preguntó que trago sería
oportuno para iniciar la noche, y yo, tras meditarlo por breves segundos,
advierto que debería empezar con una margarita.
Sentados uno frente al otro, la
charla fluía con asombrosa naturalidad, era evidente, había onda, química,
feelback. Toda la gente alrededor giraba como una espiral de rostros
difuminados. Las horas transcurrían, y cada minuto más que conversaba con “J”, encontraba
que esta chica es - además de bonita,
graciosa y divertida - una mujer con la
que valdría la pena pasar todo un día conversando (y no solamente conversando).
Pienso en eso y siento que sería un verdadero tarugo sino intento por lo menos robarle
un beso.
Como si el destino estuviera a mi
favor, ella comienza a preguntarme cosas más personales: “si tengo novia”, “cuál
es mi tipo de mujer”, “si me gustan, altas, chatas, flacas, gordas, llenitas,
etc.” y para rematarlo me pidió que le
sugiriera otro coctel para seguir la animosa noche.
Es en ese instante – tal como me
había ocurrido antes y me ocurriría después – mi mente se desdobló y de lo más
profundo de mí ser, salieron a relucir otra vez los dos importantes personajes
que me habitan: mi Yo satírico y punzante, contra mi Yo santurrón y pavo.
- Con trinche en mano atacó mi Yo
demonio: “No seas baboso, de una vez pídele al bartender que le traiga un
kamikaze bien concentrado, así la chiquilla no podrá discernir el momento en
que te lances sobre ella”.
- En eso, contra atacó el Alan
versión inocente: “Tú eres un caballero Alan, esta pobre muchacha ya tomó
suficiente, pídele un vaso con agua y como buen parroquiano que eres, llévala a
su casa”.
- Sin previo aviso, resucitó el
ser lujurioso que también soy: “Caballero mis pelotas, tú no la estás forzando
a que siga tomando, es ella solita la que quiere seguir con esta chingana,
además si quieres llevarla a algún lado, antes que su casa mejor llévala a un
telo”.
- De repente, mi ángel de la
guarda, siempre acertadísimo, me agarró el sentimiento: “Alan, hermano, no
escuches a esa alma descarriada que solo quiere que te aproveches de esta pobre
joven, recuerda que no te gustaría que hagan lo mismo con tu hermana ni con tu
hija”.
- Sin opción a meditarlo, el
diablo que me habita, dispuesto a dar batalla, manifestó lo siguiente: “Que
hermana ni que hija, esas son cojudeces, tú no tienes hermanas ni mucho menos
hijas, así que los que tienen que se jodan, no es tu problema, además, esa
chica, está igual de caliente que tú, tienes una oportunidad con una chica
linda. Tómala”.
Sin saber qué hacer, opté por una
salida más neutral, llame al mozo y lo conmine a que sugiriera un nuevo coctel
para mi delicada y sensual “J”. Grande fue mi sorpresa al saber que aquel
galifardo más que ayudarme, dificultó las cosas al anunciar que ya estaban
cerrando.
Lamentablemente, había llegado el
momento de la despedida, intercambiamos correos, teléfonos y facebook. La que
pudo ser una alocada noche de copas, terminó en una conversa muy amena y
divertida.
Sentí un poco de pena no poder
intentar un acercamiento más directo (chape), pero cavilé la opción de poder
acordar una segunda cita.
Pare un taxi, la llevé a su casa, y justo en el momento que el auto se detiene para que ella baje del carro, la radio del taxi que sonaba en “Z rock and pop”, pegó la canción Take a picture de filter que sumergió el ambiente en un romántico momento Kodak, y al mismo estilo de las películas feeling de HBO, “J” se acercó a mí y me estampo un dulce beso de cinco segundos en la mejilla (un tiempo inusual, para un inocente beso de despedida), deslizándose suavemente a mi oreja para susurrarme una frase que aun no he podido olvidar: “gracias, la pasé delicioso contigo”.
Pare un taxi, la llevé a su casa, y justo en el momento que el auto se detiene para que ella baje del carro, la radio del taxi que sonaba en “Z rock and pop”, pegó la canción Take a picture de filter que sumergió el ambiente en un romántico momento Kodak, y al mismo estilo de las películas feeling de HBO, “J” se acercó a mí y me estampo un dulce beso de cinco segundos en la mejilla (un tiempo inusual, para un inocente beso de despedida), deslizándose suavemente a mi oreja para susurrarme una frase que aun no he podido olvidar: “gracias, la pasé delicioso contigo”.
Está de más decir que luego que cerró
la puerta del taxi para entrar a su casa, yo ya me encontraba en un agitado
estado de locura sentimental. Claro que
un taxi cochambroso no es un buen lugar para brincar y gritar de alegría, pero
igual no podía evitar sacarme la sonrisa de la cara, quizás fue por mi evidente
estado de ánimo, que el taxista bigotón de unos 45 años no se contuvo y prosiguió a decirme: “buena flaco, creo que ya la hiciste”
He quedado en salir la otra
semana con “J”, y la verdad que estoy emocionado, no sé si en realidad este
fantaseando como muchas veces, pero si en el peor de los casos no volviera a
existir la química, prometo no decepcionarme y contar el desenlace en el
siguiente post.
Edición y fotografía: Dessiree Ramos Angeles (La ocupada y ahora
Renacentista Dessita, que ya se va por su segunda carrera profesional)
Facebook oficial del blog:
http://www.facebook.com/#!/pages/Memorias-de-una-Rata/142876369215201?fref=ts
http://www.facebook.com/#!/pages/Memorias-de-una-Rata/142876369215201?fref=ts
[Les dejo este video de la
canción Take a picture de Filter que sonó en el preciso momento de
la despedida, parecía una escena dirigida
y producida por Oswaldo Cattone. Un temon]
<ahref="http://www.perublogs.com/top100.php?top=1"><img src="http://botones.perublogs.com/img/perublogs0.gif"alt="PeruBlogs"
style="border:0" /></a>
Que buenaaaaa!! que gusto que hayas encontrado a la chica BCP, al parecer hubo quimica. Esperare anciosa la tercera entrega de esta blognovela =)
ResponderEliminarGracias por comentar, al parecer la quimica aun existe, el jueves estare publicando la tercera parte. Saludos. AC
Eliminardiveritdo y entretenido, narraste exactamente lo que siente un hombre en esos predicamentos. Un abrazo y sigue escribiendo asi
ResponderEliminarGracias por entrar Marco de Tropoya, espero seguir entreteniendo a los lectores.
EliminarOOOOOOhhhhh que chevere, me gusto lo acontecido y sobre todo me mato de la risa con los consejos de tu diablito jajajaja.. aunque debio terminar con un beso =(
ResponderEliminarMe gusta mas tu final. Saludos.AC
Eliminarqueeee bueeeeeenaaaaaa... me gusto ratita, ojala vuelvas a salir con ella, éxitos querido Alancito
ResponderEliminarGracias, espero que la tarcera entrega no los espante. Saludos Gimena D.
Eliminarjajaja!!! despues yo soy la exagerada :P
ResponderEliminargracias por comentar Morena Latina, creo que en el fondo todos exageramos un poco. Saludos
Eliminaryo tbm soy chica bcp.. xD! jajajajajjaja.. quien seraaa quien seraaaa???... mmmmmmmm !!! jajajajajajaja
ResponderEliminargracias por visitar el blog claudia, esta novela ya tiene fin y lleva por nombre: "al pan pan y al vino vino... loser". Un abrazo pulpo, saludos. AC
Eliminar