Salí de la ducha, me amarre la
toalla a la cintura como si fuera un atuendo romano; mi ropa me esperaba lista,
tendida en la cama. Me alisté en 10 segundos, cogí mi mochila y salí disparado
rumbo a la cuadra 37 de Benavides. Aunque muchos de ustedes no lo crean, me
dirigía rumbo a un “Retiro Espiritual”. Ya lo sé, alguno por ahí dirá: “y esta rata, de cuando acá va un retiro si
ni a la iglesia ha ido”, “que gracioso, seguro va porque quiere gilearse alguna
fulana” o peor aun “seguro lo han
obligado a que vaya”.
Aunque cueste creerlo, me dirigía
por mi propia voluntad a un retiro espiritual de la parroquia de Chama – Surco.
Quizá no tenía todo el ánimo del mundo, pero algo si estaba claro, había
prometido ir a ese retiro y tenía que cumplirlo cueste lo que cueste.
Mientras me desanimaba dentro del
ómnibus que nos llevaría a las soleadas praderas de Ñaña, recordaba con no
mucho entusiasmo mi transcurso por algunos grupos religiosos.
La mayor parte de mi infancia y
adolescencia transcurrió en el colegio parroquial San Vicente de Paul, y aunque
en ese entonces no asistía a los retiros que celebraban, si me era grato asistir
a cuanta ginkana, kermes, verbena y fiesta colegial celebraban.
Como podrán darse cuenta, recibí
una educación religiosa desde muy pequeño, los valores marcados, los principios
morales arraigados y el respeto hacia el prójimo, eran normas que se cumplían a
rajatabla, y ni que decir de los pensamientos impuros, estaba prohibido mirar
de manera lascivia a tus compañeras de clase. Claro, a la edad de 10 años lo
único en que pensamos los hombres es en jugar pelota, mirar tele y dormir.
No fue hasta que cumplí 14 años
que mis pensamientos mojigatos y puritanos, se tornaban lúbricos y sátiros. Lo digo de esta manera, porque,
por aquel entonces fui invitado por una monjita (amiga de mi abuela) a una
excursión del colegio San José de Ica (colegio solo de mujeres). Para muchos el
colegio San José no era cualquier colegio. Era privado, exclusivo, un poco
aristócrata y – desde luego – repleto de chicas lindas.
Ir de excursión con puras chicas
de tu edad, atléticas, joviales, alegres y perfectas en todo sentido, era como
decirle a un mono que no coma bananas estando rodeadas de ellas. Apenas las vi,
temblaba de nervios, me subía la temperatura y duplicaba mis torpezas, si
alguna tenia la educación de saludarme y sonreírme, toda mi fe y mi pureza de alma se hacían picadillo.
En aquel entonces conocí a muchos
asesores espirituales que acompañaban a estas féminas colegialas con el único
afán de buscar un ligue o una novia temporal. Es decir, disfrazaban sus
verdaderas intensiones bajo una infalible mascara santurrona.
Recuerdo que en aquel entonces
uno de los asesores espirituales que no tendría más de 16 años, me explicaba
las muchas oportunidades que el retiro significaba. Una de sus anécdotas me
causo mucha gracia: “Loco, estas chibolas
son bien zanahorias, muchas veces las he tomado de la mano y les he dicho que
quiero aprender esas canciones en inglés de las que no entiendo ni un carajo,
las abrazaba, las rodeaba por la cintura y apenas se distraían les metía un chupetón,
cuando reaccionaban sorprendidas, les aseguraba que esa era una de las
enigmáticas maneras en que se manifestaba el amor del Señor en la tierra”.
Mientras reía a solas en mi
asiento recordando aquellos momentos, la gente del retiro me miraba con
extrañez y picardía. No pasó mucho tiempo para que el hermano Antonio (guía
espiritual del retiro) nos informara que habíamos llegado a nuestro destino.
Debo ser franco en algo, nunca había participado en un retiro y esta era la
primera vez, y ni bien cruzamos las puertas del santuario católico cristiano,
sentí como si estuviera entrando en el reclusorio de piedras gordas.
Ni siquiera habíamos comenzado y
ya quería irme, pero con gran optimismo superé ese desaliento temporal. Cenamos
temprano, rezamos un par de “padres nuestros” y luego nos fuimos al salón de
oraciones para iniciar con los temas preparados.
Después de dos horas de escuchar
temas religiosos y cánticos briosos, sentí como mi pecho palpitaba de la
desesperación, no es que este despotricando de ese fin de semana, es solo que
no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sentado en una reunión de la
iglesia. Por lo general, iba muy raras veces a misa y después de ello, sentía
un alivio religioso. Como que cumplía con mi parte de ser católico y eso me
justificaba para reventar las discotecas los fines de semana. Pero esta vez,
después de escuchar las indicaciones y reglas del retiro que eran: no fumar, no
tomar, no hablar por teléfono, dormir a las 11 P.M, levantarse a las 6 A.M,
estar todo el día escuchando la palabra de Dios con intervalos de una hora para
desayunar, almorzar y cenar, y todo eso hasta las 5 de la tarde del domingo,
como que me producía una garrotera involuntaria.
Para ser sincero, esa misma noche
quise desertar, me estuve pasando casi toda la noche mandando mensajes de texto
a todos mis amigos, a ver si alguno se animaba y venia a rescatarme del retiro,
pero cavilé en mis acciones y como los machos tuve que quedarme, caballero no
más. Total, lo peor que me podía pasar
es que me vuelva cura, pensé mientras miraba el cielo despejado de Ñaña.
A las 6 de la mañana en punto,
comenzó a sonar las campanas de la capilla avisando que era hora de levantarse
y cual si fuera una trompeta de cuartel, no dejaba de sonar hasta que te
levantaras de la cama. El rancho se servía puntual, 8 de la mañana, 1 de la
tarde y 7 de la noche. Nada que un entremés a medio día, ni un bocadillo en la
tarde o un lonchecito a las 6. Todo eso es pecado, exactamente el de la gula, así
que, o te amarrabas el estomago o morías en el intento.
Estaba prohibido fumar dentro del
retiro, tampoco se nos permitía tener el celular prendido, como que eso
interrumpía las sesiones de oración y claro ni que decir del internet, ella es
la madre de todos los pecados con su pornografía latente y sus juegos satánicos
virtuales.
Para un individuo tecnosexual como yo (o sea, adicto a la
tecnología), el privarme del internet y el celular, era como dejarme
cuadripléjico postrado en una cama. No voy a negar que igual llevé mi laptop
para que me haga compañía en las noches de soledad, pero eso si, como no me
encontraba en una habitación privada sino que la compartía con 10 personas más,
tenía que ser prudente con la luz de mi compu y apagarla para que no interrumpa
el sueño de los demás.
Como ya lo dije, intenté desertar
más de una vez, me era complicado escuchar los temas religioso todo el día. La verdad,
no estaba acostumbrado a ese ritmo de fervor y devoción, más de una vez me
ampayaron jateando en pleno rezo y encima tenia la conchudes de roncar como un
zángano.
En muchas oportunidades me fugaba
en plenas sesiones con el floro de ir al baño. Me escabullía por los pasadizos
y escaleras del lugar, pero, al mismo estilo del chapulín colorado, no contaba
con la astucia de los guías y pastores que siempre me encontraban escondido por
ahí. La verdad no sé como lo hacían, en 5 oportunidades me fugué y las 5 veces
me encontraron para regresarme otra vez al salón donde se hacían los rezos. Era
algo increíble, el lugar era inmenso y a pesar de que me iba hasta la punta del
cerro, escalando sus empinadas cúspides,
hasta ahí llegaba el guía de mi comunidad,
refunfuñando una frase del tipo: “hermano
Alan, no intentes escapar de los brazos del señor”, comienzo a creer que en
esa casa de retiro tenían cámaras de vigilancia por todos lados.
En la mañana del domingo, hubo
dinámica después de la misa. Consistía en que todos los presentes se acercaran
al altar y uno de los muchos guías espirituales, imponía sus manos sobre la
cabeza de los demás, si mal no recuerdo era como una especie de reconfirmación
del bautismo. Lo extraño y novedoso para mí, es que luego de eso, se
desparramaban en el piso, entrando en llanto y shock emocional. Yo, que estaba
parado en un rincón hecho una planta, miraba con asombro el estado anímico de
las personas que salían después de la imposición de manos.
Una de las hermanas se acercó a
mí para intentar convencerme de que participe de esa dinámica, me abrazó y me
dijo que no temiera a lo que al llanto se refería. Mientras tenía sus manos
rodeando mi espalda y su voz susurrando mi oído, mi mente automáticamente
recordó un episodio parecido de las épocas de adolescente.
Había una dinámica parecida, en
la que las chicas del último año del colegio, abrazaban a los muchachos de
segundo y tercero de media que eran parte del grupo católico cristiano. Los
rodeaban con sus brazos y les susurraban al oído frases emotivas y religiosas.
Una de las supuestas guías espirituales, me abrazo con tal fuerza, que me hizo
sentir afortunado y libidinoso, mientras ella me susurraba al oído el amor de
Dios en la tierra y que Cristo es nuestro Salvador, yo apretaba con tal fuerza
las cuencas de mi rosario. Mientras ella me decía que “Cristo está vivo”, “Cristo es el que te abraza”, “entrégate a los
brazos de él”, yo – con las manos empapadas de sudor – luchaba en silencio,
manipulando las bolitas del rosario con desesperación, repitiendo una y otra
vez los misterios gozosos, los misterios luminosos, los misterios gloriosos y
sobre todo los dolorosos.
De nada sirvió tanta piedad, porque
en el momento en que a esta fulanita se le ocurrió darme un beso de media luna
diciéndome que Cristo es el que te besa, mis impulsos hormonales que había
estado reprimiendo como un eunuco, rompieron las ataduras y por debajo de la
correa salió a relucir una prematura erección involuntaria. Supongo que imaginarán
la cara que puso la chica en ese momento, pero eso ya será historia de otro día.
Catorce años después me
encontraba en la misma situación, solo que esta vez sí acepté ser partícipe de
esa dinámica. Lo impensable era creer que el simple hecho de que una persona
ponga sus manos sobre mi cabeza, iba a generar que entrara en un transe
religioso y cual si fuera Linda Blair
en el Exorcista, levitara hasta que
el demonio fuera expectorado de mi cuerpo. Claro que eso no pasó, pero si soy
franco al decir que sentí como si me quitaran un peso de encima, quizás sea
porque estaba sugestionado por ver a todos los presentes salir moqueando, pero
puedo asegurar que algo me tocó.
Quizá estos 3 días de retiro
lograron expulsar al diablito que llevo dentro, o quizá mi yo sátiro y
punzante, hizo las paces con mi yo angelical y santurrón. Si es así, la verdad
no se cuanto dure esa tregua, pero lo que sí sé, es que me siento renovado y
angelical. ¿Alguno me cree?
Edición y Fotografía: Dessiree Ramos Angeles (la santurrona y en
ocasiones media lujuriosa Dessita)
Facebook oficial del blog:
Este video va para todos los
lectores que vieron la película de terror más intensa de su época, dirigida por
el maestro William Friedkin y
que para mi humilde opinión siempre será un clásico entre
el género de terror. Viendo esta escena entenderán como me sentía el viernes
por la noche en mi desesperación por fugar
Aviso de Servicio Público 1: Los lectores que no
pueden hacer comentarios por motivos de no ser usuarios de esta Web, tienen la
opción de hacerlo a través de la URL del perfil de alguna red social. En buen
cristiano, deben ingresar en la parte de Comentar como: Nombre/URL,
en la parte correspondiente a URL copian el link de la página de su perfil del
facebook, twitter o alguna otra red social y el comentario quedara registrado.
Gracias “
Aviso
de Servicio Público 2: Quiero mandar un saludo especial al hermano
Antonio por ser el guía espiritual del retiro, y también porque se prestó para
la foto de portada del post. Como le prometí ese día, ayudaré con la difusión
y arreglos de la web parroquial, claro
con el apoyo de las intrépidas Dorita, Reyna y la pequeña Carolina.
<ahref="http://www.perublogs.com/top100.php?top=1"><img src="http://botones.perublogs.com/img/perublogs0.gif" alt="Peru Blogs" style="border:0" /></a>
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¿Renovado y Angelical? Ay Alan Que chiste es ese... Pero al menos ese FDS te habrá servido en algo para Reflexionar no? porque cambiar no creo, es tu personalidad... Lo importante es que fue una experiencia muy divertida y te sirvió tbn para escribir esta Nueva Memoria...
ResponderEliminarPD: SLDS A (la santurrona y lujuriosa Dessita) JAJAJA eso estuvo Buena. =)
Gracias por comentar Jackie y gracias por tu sinceridad al señalar que no tengo solucion jajaja. Un abrazo mi estimada y les dare tu saludos a la Santurrona y media Lujuriosa Dessita.
EliminarSolo digo la verdad...
EliminarMe divierto mucho leyéndote... Alucina que hay partes que la Vivo jajajaja :s
Gracias por referir que te diviertes leyéndome. Por siaca no la vivas mucho, quizás hasta se pueda volver realidad. Saludos
Eliminarjajaja tampoco seas Alucinado ah...
EliminarJamas.
Eliminarme gusto mucho la foto de portada, y que bueno que hallas participado en algo asi y sobre todo por la exsorcisada que te han dado, pues muy muy en el fondo se sabe que eres buen catolico jiji
ResponderEliminarGracias por entrar Gitpzy y gracias tambien por creer que muy pero muy en el fondo, ahi donde esconde el recelo y la envidia, tambien soy buen catolico. Un abrazo doctora, saludos. AC
EliminarJjajajajaa Alan que bien! en serio que bueno que algo de tu tiempo lo hayas dedicado a tu lado espiritual!! :) .. De paso ejaste de beber algunos días jajajaja!! que te dure esa apz que creo toda las personas necesitamos!
ResponderEliminarMuy cierto, al menos viendo el lado positivo, deje de tomar ese fin de semana, tu también deberías ir a uno jaja. Saludos Nahely.
EliminarQue mate de risa, te imagine cada momento que narrabas. No te puedo creer que te fuhaste 5 veces y te atraparon las 5 veces jajajaja
ResponderEliminarNo es broma, en serio me fugue 5 veces y me atraparon las 5 veces. Saludos Lectora adicta. AC
Eliminarjajajaja que buena forma de relajarme, acabo de leer tu tercera memoria y me mato de la risa, sigue así Alan Cris. Un abrazo desde Italia
ResponderEliminargracias por entrar Noelia, un abrazo para ti tambien hasta Italia. A la proxima te mando un beso chupon
EliminarYo no sé si ese diablito interior fue expulsado o no...Lo que sí te digo es que me he divertido muchísimo leyéndote!
ResponderEliminarUn saludo.
gracias por pasar por aqui Mercedes, espero haberte divertido con mi anecdota del retiro. Saludos Hasta Barcelona.
EliminarPor cierto, me gusta mucho "... y los cuentos, cuentos son".
Me has hecho cagar de risa brother. Me gusta tu estilo, sigue asi.
ResponderEliminarYo si te creo alan, he tenido la oportunidad de ir a varios retiros, es mas cada año voy a uno... Es inexplicable la paz interior que se siente :) te sientes renovado y con unas energias casi divinas. Me gusto mucho el post sigue asi ;)
ResponderEliminarGracias Deya, un abrazo. Al menos tu si me crees, ahora soy un pan de Dios jaja
Eliminarporfin lo lei; bueno si por momentos me rei leyendo lo que escribiste. sabez siempre q daba vuelta no estabas, huias a cada rato jajaja y t perdiste momentos importantes supongo q se entiende xq no estas acostumbrado, como te comente escogist un retiro muuuuy espiritual para ser tu primer retiro. Bueno pero las cosas no pasan por gusto algo debe haber quedado =S. Simplemente estabas donde tenias que estar =D
ResponderEliminarahahahahah cuando haya retiro para EPJ te pasare la invitacion jajajajajajaja.... quien sabe :3!!!
Por tu comentario supongo que debes ser Dorita. Un gusto saludarte y bueno si, algo debe haber quedado. Un abrazo mi estimada, gracias por comentar.
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