martes, 8 de marzo de 2016

LAS EX EN LA CIUDAD


Debo admitir que este título lo saque de un episodio de Sex and the city, por alguna extraña razón me quede viendo un episodio de la tan afanada serie, no sabía si cambiar de canal o solo apagar la tele, a las finales me quede prendido con ese episodio.

Muchos se peguntaran porque el título de las ex en la ciudad, y es que un poco de esto último he sufrido estos días.

Las Ex novias siempre me han resultado un tema incómodo. Quizás se deba porque siempre he sido yo el culpable de los términos de la relación, y eso género en mi - a lo largo de mucho tiempo - una especie de pánico, de miedo a una posible revancha o venganza de algún de las féminas que se irrogaron del estatus de ex.

Para ser honesto, más que un tema incomodo es una mezcla de amor-odio ya que por un lado no quieres saber nada de tu ex, pero por otro lado te importa y te carcome la curiosidad de saber de ella y de su nueva vida de soltera libre y feliz. Lo tragicómico de todo esto es que cuando logras obtener información de su estado sentimental, lamentas en el alma haberlo hecho, porque al parecer, ella ya le dio la vuelta a la página de su vida y es en ese momento en que te volviste solo un recuerdo.

Arruinado por la sorpresa, convencido de que fue mala idea saber sobre tu ex, te pasas los días en un estado de patidifusa melancolía. Dejas de acicalarte, de pulirte, te abandonas al delirante estado de escuchar canciones románticas las cuales tienen que ver contigo y con tu desgracia sentimental.

Pasan las semanas, los meses, los años y tu Ex va desapareciendo, inconscientemente vas avanzando hacia el lado opuesto de done se dirige tu ex, cada paso que das, te aleja un kilómetro mas, sin darte cuenta has avanzado tanto que la distancia los separo del todo. Ya no solo no quieres saber de ella, sino que piensas: para que, cual es la utilidad, cuál sería el beneficio. 

Tu mismo te has convencido de que ya no la necesitas, que puedes avanzar en la vida sin que el recuerdo te persiga, ya te has recuperado del todo, vuelves a tener una vida social, conoces a alguien, te vuelves a enamorar, vuelves a ser feliz, pero por alguna extraña razón – el destino, cómplice con la ironía dispuesto a jugarte malas pasadas  - te la topas en el lugar menos probable.

Como les comente al inicio de esta memoria, algo de esto último me ha sucedió estos días. Salí del trabajo rumbo a mi casa pero decidí hacer una breve parada por el tottus que está en las Begonias, cogí el carrito del súper mercado y me dirigí a la sección de abarrotes, mi idea era comprar justo lo necesario para poder sobrevivir esa semana.

Empujaba el coche con una sobria independencia, como si esta fuera una silla de ruedas, lo paseaba por los pasillos del súper mercado buscando entre las marcas de los productos el que más se acomode a mi presupuesto, comparando precios como si fuera la Reyna del ahorro, buscando las ofertas como si se tratase de una madre de familia que tiene que alimentar a sus 7 hijos.

Siempre he sido exagerado al momento de comprar, los que me conocen dicen que soy un cerdo vicioso, pero siempre he pensado que es mejor que sobre a que falte, es por esa misma lógica que siempre compro grandes cantidades de papel higiénico, en primer lugar porque me desespera estar ahorrando el papel utilizando esos pequeños recuadros que ya vienen pre cortados en el rollo y segundo lugar, porque todos los fines de semana tengo visitas inesperadas sea de familiares o amigos y siempre terminan por agotarme las pocas reservas de papel que me quedan.

Me deje llevar por la música que sonaba en mis auriculares y me deslice hacia la caja para pagar mientras tarareaba con un ingles masticado la canción uptown funk. En esas mongolitas cavilaciones estaba cuando en la cola para pagar me encontré con mi Ex acompañada de un tipo que fácil y le doblaba la edad. 

Estaba claro que no podía retroceder ya que la salida había sido cubierta por otro carrito esperando en la cola, podría haber disimulado un escape, pero mi reacción ya era demasiado tarde, ya habíamos cruzado miradas. Cuando me percate del hecho ya era muy tarde para hacerse el loco, lo único que me quedaba era seguir adelante y disimular sorpresa acompañado de una sonrisa de utilería.

Por un momento estas atrapado en la horrible escena de terror que no querías protagonizar jamás: tú, tu EX y el hombrecillo que ha tomado tu lugar en su vida. Ella te sonríe con esa antigua complicidad y yo  -que mas espantado no puedo estar – me acerco a saludar. Ella me saluda y me presenta a su gentil acompañante: “oye te presento a mi enamorado“, le estiro la mano para estrechársela y me percato que se parece mucho a ese amiguito de la oficina del cual ella siempre me hablaba.

No sería nada raro que en ese momento me diera un infarto, inmediatamente analice al sujeto y comencé a hacer comparaciones físicas, solo para convencerme y convencer a mi conciencia de que a ese tipo le llevo años luz de distancia. Claro que no fue el mejor momento para hacer comparaciones, ya que examinándome con el mismo ojo lúdico con el cual examinaba a mi hermanito, caí en cuenta de que no me encontraba en las mejores condiciones físicas posibles, camisa arrugada, zapatos sin lustrar, olor a sudor y corbata desalineada, parecía un escolar saliendo del colegio.

Lo único que haces en ese momento es apelar es a esas conversaciones superficiales y diplomáticas, llenas de lugares comunes y de poses políticamente correctas. Sonríes a todo lo que te dice y respondes de la misma forma, como si te encontraras en un estado de Piloto automático dejando soltar frases cortas y precisas para casos de emergencia. “¿Cómo has estado?, ¿Qué ha sido de tu vida?, ¿Terminaste tu carrera?, ¿Dónde estás trabajando?, ¿te casaste?, ¿ahora vives solo?, ¡ya estas viejo!, ¡te veo más gordito!, conversaciones llenas de sonrisas impostadas y falsas.

Lo único que esperaba en ese momento es que la cajera acelerare el proceso de pago para que esta puesta en escena terminara de una vez y diera fin al histriónico intercambio de frasecitas amables y desangeladas.

Algo que odio más que una mala película en el cine, son los silencios largos e incómodos en los encuentros fortuitos y claro que esto último fue lo que sucedió en la fila del súper. Cuando se acaba tu repertorio de frases pre diseñadas para estos casos, lo único que te queda es fabricar más pero para ello necesitas tiempo, tiempo muerto que normalmente forma los silencios largos e  incómodos. De reojo vi que chequeaba mi carrito examinando impúdicamente los productos que estaba comprando, por ahí vi que se detuvo en la plancha de papel higiénico que estaba llevando, me miro a los ojos y me pego un gesto disforzado de asquerosidad como diciendo: “Tan grande y cagon”; me incomodo su ademan de pulcra y ahorra papel, así que no me quedo más remedio que devolverle el ademan, mire su carrito y vi que dentro de sus compras sobresalía un par de pepinillos y un pan baguette, así que la mire a los ojos y le pegue una sonrisa picara como quien decir: “tan Vieja y pendeja”. Tal parece que entendió el mensaje porque no volvió a mirar mi carrito.


La puesta en escena termino y nos despedimos como si fuéramos suegra y nuera, era momento de volver a la vida real. Chape mis bolsas, mi plancha gigante de papel higiénico y me subí al primer taxi que vi, mientras me acomodaba en el asiento trasero, lo único que pensé fue: “esto, tengo que escribirlo”.

9 comentarios:

  1. tu anécdota me mato jajaja ojala y no me pase

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    1. Revive, para que puedas leer las demas. Gracias por tu comentario Gitpzy, no dejes de seguir el blog, saludos AC

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    1. Gracias por tu comentario Sara y gracias por leerme. Un abrazo pulpo. AC

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  3. "Tan grande y cagón" cuando leí esto estaba en clase!! No pude contener la risa....claro todos voltearon a mirarme jajajaa pero si leen esto me entenderian!
    Buena Alan!!!

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  4. "Tan grande y cagón" cuando leí esto estaba en clase!! No pude contener la risa....claro todos voltearon a mirarme jajajaa pero si leen esto me entenderian!
    Buena Alan!!!

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    1. Que bueno que te causo risa, ahora explícale a tus compañeros y diles que sigan el blog. Saludos Liz. AC

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